Poemas mujeres

Algunos poemas llegan como imágenes intermitentes, como emisiones del pensamiento que se ha quedado detenido, aferrado a las palabras, a los aromas, a las anécdotas... Estos "Poemas mujeres" son impresiones grabadas en este cuerpo que soy últimamente, habitado por otras mujeres que también soy. Juego a descubrirme en cada una de ellas...


Te vi allí,
herida por la esquirla polvorienta del viento salvaje
picando tu cuerpo seco y curvo con su fuerza irrefrenable

La noche no prestaba ni una luz si no muy a lo lejos
Y la ribera ocultaba su límite
entre las sombras de la mata verdusca

Algo dijimos de los hombres y las mujeres
Del amor que se acaba y duele
Vos me hablabas pero no estabas allí
Yo te miraba en esa presencia mortal
aunque dispersa,
mientras el viento sur robaba las risas agazapadas,
casi apagadas,
en el corazón de las casas


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Sudor fresco de manzanas,
algarabía insinuada;
respiras, hembra, en tu malecón de sueños,
hondo el pecho en la cesta nocturnal;
camelia henchida de lunáticos insectos

si de aliento supiera la fruta que anidas,
habría descendido ya por tu oreja animosa
la melodía del verano;

tendría 
esa fruta
sabor de árbol joven 
errante de yemas

Mas,
vive en tu cuerpo una tristeza exquisita,
un lugar donde claudican tus bellezas de virgen
un inmaculado nombre,
un puerto que te ve partir a remotos paraísos
y volver con trastos de vieja aventurera,

un corazón que se suelta con la inercia del viento,
una molécula de gracia
dispersa, rugosa,
entre tanto universo perfecto


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De lado el viento
las mil mitades del sol
en que te rompes
la sombra saltarina
y la tinta de tus manos
un cabello de monedas habladoras
el sordo reflejo del alma
la costilla al aire
las piernas salvajes
tus pies
y un camino

De lado el fuego
la rodilla calva
la cadera verde de tu madreselva
las veredas anchas de tu talle
el pecho inclinado hacia la magia
la vara del sol abriendo una puerta
la sangre que vuelve

tu cuello y tus ojos, que son corazón


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(a la Verónica Bailarina)

Eras de polvo y serás 
eternamente 
una partícula sinfín tras los espejos verticales…
viajera infinita,
peldaño hacia dónde,
rufiana incesante de la risa

Eras gesto quebrado burlando los aires solemnes
Eras puntatalón acercando el atajo al propio secreto… 

Eras calle de regreso, y el sol tu corola radiante
Eras calle de ida, y la senda tu danza simple y urbana

Aunque no les quepa el dolor a tus rojizos tomates
porque han sido felices mientras tanto,
les ha lavado el color tu pérdida a muchos corazones
(a mí me toca tu partida como mirar el río…,
me deja pensando qué soy de la muerte)

Hoy descubro inesperados movimientos 
que te duplican en los mil pies que te bailan, 
en el alcohol quebrado de las gargantas que,
sin embargo,
dicen tu nombre con una tímida y acorazada felicidad


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Qué anhelas mujer zurciendo
si no dos vidas,
un cuerpo bifurcado en mitades
un molde desplegado al viento
cortejando los cielos que habitas?
Y en ese mismo hilo, remoto,
cavilar sobre tus seres amados
y danzar desatada?

Qué infiere en esta huella la mujer que eres
si no personajes de ti,
desdoblada en un limbo que adormece?

Es tu boca
la que hacia el vino va
no el vino quien te busca;
las horas
apretadas contra el pecho
(y el amor),
quienes te impulsan
al delirio fresco y natural
de un mundo
suspendido


1 comentario:

  1. Difícil ponerle palabras a palabras que de tan bellamente enlazadas nos despiertan...

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