La vida se celebra, no menos la muerte. Porque nos hace
comunes, nos vuelven uno con el amor. Aquí este nuevo apartado del blog donde
inauguro pensamientos que lentamente toman forma de palabra. Este poema primero
está inspirado en alguien, en muchos... pero cada quien puede sentirlo como propio, porque
de intensidades se hace la poesía y la poesía somos nosotros.
Él, ella, ellos
Vino la noche
y en el borbotón desencajado
mujeres le lavaban, hermanos le cantaban
Era ella
su consorte sideral
que lo lanzaba por la cuesta empinada
y le daba aventón por los campos crecidos
para que se espigara
él
la ropa que ya no usaría
y ardieran sus ojos de intemperie celeste
El pulso era una
pausa al revés
como la muerte
y el apuro por la mutación
un instante inconmensurable…
un cuento del cuento de la vida
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